miércoles, 6 de febrero de 2013

6 de febrero de 2013

16:28

Hola de nuevo

Esta mañana ha pasado también con normalidad dentro de lo que cabe. Las escuelas no han funcionado, pues desde Wamba lanzaron un comunicado de radio invitando a los directores a suspender las clases hasta nueva orden (bastantes niños y adolescentes escaparon con sus padres), para evitar concentraciones de personas que pudieran ser objeto de ataques...

Algunas personas vuelven de la selva poco a poco, mas los desplazados de km 51 siguen llegando y dando malas noticias que asustan a la población de Bayenga, que, naturalmente está en vilo.

Un grupo de niños llegó a pie, no acompañados por adultos. El pánico los separó y ahora se encuentran solos aquí en Bayenga... imagino que pronto tendrán noticias de la familia; mientras tanto las familias de Bayenga los acogieron y los alimentaron.

Ayer tarde, a eso de las 17:30h, cuando las familias se reúnen en torno al fuego de la cocina y descansan después de la jornada (aquí anochece siempre en torno a las 18:00 h y no hay luz artificial; amanece en torno a las 5:00 h o las 5:30 h), me di un paseo por el pueblo para saludar, escuchar, ver a los amigos y hermanos... era bonito ver la alegría en sus rostros cuando veían que estábamos aquí.

Una broma, un saludo, una bendición y a otra familia.

Volviendo, ya a oscuras, la gente me conocía fácilmente (el color nos delata) y nos dábamos las buenas noches invocando la protección de nuestro Señor: "¿a dónde iremos? - decían - "el Señor está con nosotros, él nos protegerá".

Esta mañana en la Misa nos mirábamos los unos a los otros y cuando pregunté cómo habían dormido todos se echaron a reír, con nerviosismo pero con el gozo de ver que la paz está con nosotros.

Algunas personas han venido esta mañana a ayudarnos en la construcción de un dormitorio en tapial para los encuentros de formación de los catequistas y los animadores de las comunidades así como de los líderes pigmeos. En la conversación bromeábamos sobre la situación y, el nerviosismo desapareció.

Ahora voy un rato a visitar de nuevo las familias y escuchar noticias. Un abrazo y gracias por vuestras oraciones seguimos en comunión en la misión de nuestro Señor y en el anuncio y la espera de su Reinado, esa nueva humanidad que está llegando, pero que aún no acaba de fraguar.

Andrés


22:08

Hola de nuevo.

Esta tarde hay más gente en el pueblo, algunos todavía con los petates liados y dispuestos a entrar en la selva, otros tranquilizándolos y otros procedentes de km 51 que dan siempre noticias alarmantes.

Es lo de la media botella...

Una pobre anciana volvía de la selva donde había pasado la noche (llovió, para más faena) y me decía: "mi corazón no aguantará muchos viajes más... ¿qué hacer? los esperaré aquí, si vienen".

Los jefes del pueblo (Bayenga) me dicen que por la noche pasaron dos camiones llenos de soldados procedentes de Isiro y algún coche con oficiales. Durante el día, alguna moto circulaba todavía transportando militares hacia km 51.

He encontrado alguna mujer que huía de los rebeldes que querían atrapar alguna chica para aprovecharse de ella o para llevársela a la selva... Ella contaba que ahora 51 está lleno de militares de la armada congoleña y eso hacía que la gente siga huyendo, pues les tienen miedo también: una armada impagada o mal pagada se toma su parte de botín allá donde va, y de eso la gente de Bayenga puede contar muchas historias pasadas y presentes.

En fin, la gente se siente entre el martillo y el yunque.

Los niños que se habían perdido ya han encontrado a sus padres y se han vuelto con ellos no sé a dónde... En general el ambiente esta tarde era de alegría porque no ha pasado nada en Bayenga durante estos dos días, salvo una pequeña venganza de unos militares que no han digerido que un chico rechazara llevarlos en moto a km 51.

Por lo demás bien, los niños corrían y jugaban por las calles, cantando como siempre, alegrando los corazones y sembrando esperanza. Quiero guardar en mi corazón el rostro de cada uno de los niños que, ya cerca de nuestra casa me pedían que repitiera sus nombres, para estar seguros de que los conocía y para que acariciara, una a una, sus cabezas... "¿y éste cómo se llama?"; "no has tocado la cabeza del más pequeño"; "yo me llamo Giselle"... Que Dios os bendiga y os guarde a todos, pequeños mensajeros de paz. Vuestra sonrisa es bendición.

Que Él os bendiga a todos vosotros, amigos y hermanos.

Andrés

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estamos con Ustedes asi como lo esta' el Dios de la vida y de la alinaza!
Salvador

jesus dijo...

Querido Andrés hoy he estado unido a vosotros en la Eucaristia y ofrezco mi enfermedad por todos.Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola Andrés, cuenta con mis oraciones. Un abrazo. María Luisa