sábado, 27 de enero de 2007

¡Hola a todos!

Aquí estamos, queridos amigos, en esta aventura de dar a conocer los caminos de la misión.

Después de un tiempo de vacaciones vuelvo a la República Democrática del Congo. Es una nueva etapa. Esta vez me envían a la Diócesis de Wamba, Provincia Oriental, al Nordeste de este inmenso país.
Bayenga es el nombre de la aldea donde está situada nuestra misión. Allí haremos camino junto al P. Fiore, italiano, uno de los pioneros de nuestra familia Consolata en la R.D. del Congo.

La peculiaridad de esta parroquia es la presencia de un buen número de pigmeos, grupo étnico marginado y en vías de extinción. Por eso, la Iglesia local nos pide que nos impliquemos de una manera especial en el acompañamiento de este pueblo en este momento histórico tan difícil para ellos.

Este "blog" pretende ser un medio de divulgar la realidad de los pigmeos al mismo tiempo que compartimos nuestro caminar con ellos desde la fe y la esperanza en otro mundo, en otra humanidad en la que todos seamos más hermanos y toda diversidad sea considerada riqueza que se ha de valorar y con la que hay que dialogar.
En ese camino nuestro horizonte es el Reinado de Dios que proclama Jesucristo y nuestro ideal de humanidad el que Jesucristo encarnó.

Quisiera que fuera también un medio para transmitir noticias de nuestra familia Consolata en la República Democrática del Congo: nuestras presencias, nuestro estilo de misión, nuestras actividades y proyectos...

¡Y cómo no! me gustaría que fuera también una puerta abierta a vosotros, para mantenernos en contacto, para que, fácilmente, podáis darme, darnos noticias vuestras, que tanto bien hacen y tanta alegría dan.

Bueno, pues con titubeos (estos avances electrónicos me superan un poco) pero con entusiasmo, damos inicio a esta nueva andadura. Que sea por el bien de la misión, de los pigmeos y nos hagan más familia.

Un abrazo a todos de vuestro hermano Andrés

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido amigo Andrés: demos gracias a Dios que permite estos nuevos medios para comunicarnos y comunicar nuestras experiencias. Ojalá que acorten distancias kilométricas que no de corazón pues caminamos unidos en la vocación misionera desde hace tanto tiempo, cuando compartíamos nuestras vacaciones con los niños de Hogar de Nazaret en las playas de Cadiz tratando de acompañarlos y darles ese cariño que tanto les faltaba. Has sido siempre un acicate en mi vida y espero que así lo sigas siendo. El Señor nos ha concedido encontrar a cada uno una forma diferente de encauzar nuestra vocación y es una riqueza que merece ser compartida para gloria de Dios y ánimo nuestro. Estamos en contacto y unidos por la oración y la amistad. Que el Maestro te siga bendiciendo. Con mucho cariño, tu amigo:

Luis Fernando