martes, 19 de noviembre de 2013

Normalidad?


¡Hola, amigos! La vida continúa aquí en Bayenga. 
Alegría del reencuentro
Las lluvias siguen “bendiciéndonos”, aunque a veces demasiado; el arroz comienza a madurar en los campos y la gente se pasa todo el día ahuyentando a los innumerables pájaros de distintas especies que ven servido su manjar puntualmente.
Las escuelas siguen su curso normal con una buena parte de maestros y profesores impagados, aunque otros ya reciben la paga del Estado (unos 70 $/mes). Las escuelas de barro y palos cubiertas de hojas necesitan rehacerse cada año, mientras que tenemos una escuela primaria y una secundaria que están construidas en ladrillo; aquella maltrecha; ésta inacabada.

La alegría de regresar después de la incerteza de la enfermedad nos dio a todos la ocasión de decirnos lo que normalmente se da por entendido. Ha sido muy bonito el reencuentro. Ahora volvemos poco a poco a la normalidad y eso conlleva muchas mediaciones, muchos diálogos, muchos procesos.
La impotencia nos invade cuando seguimos viendo leprosos o tuberculosos sin tratamiento y vemos con asombro que siempre se trata de pigmeos. De poco sirve interceder por ellos en los dispensarios de la zona y nosotros no podemos acceder a los medicamentos apropiados para esas enfermedades porque están regulados por la OMS (Organización Mundial de la Salud) a través de las autoridades sanitarias locales... ¿qué conclusión sacar?
Pero eso es la normalidad aquí; espero no acostumbrarme nunca.

Novedades ¡haylas también! A unos 40 o 50 km al nordeste de Bayenga la semana pasada hubo una escaramuza de un grupo rebelde que atacó un “cuartel” del ejército regular del Congo (FARDC), hiriendo algunos militares y matando a uno de ellos. Los asaltantes tenían metralletas, luego no era gente sencilla que protestaba. Hoy, 19 de noviembre, otro grupo armado a afrontado al ejército a unos 40 km al sureste de Bayenga, en el interior de la selva, y le ha inflingido bajas importantes. Parece que en los dos casos hay un elemento común: el oro. La situaciones pueden ser diversas y las vías últimas que llevan al conflicto también, pero el fondo es la pobreza y la posiblidad de ganar bastante dinero fácilmente con alguna pepita o con unos cuantos gramos de polvo de oro.
Ya os contaré como sigue la cosa.
Por ahora, como os digo, hay tranquilidad aquí en Bayenga. Sólo un leopardo que ataca por la noche a las cabras que deambulan comiéndo las verduras y hortalizas que la gente sencilla intenta cultivar cerca de sus casas.
Mañana empezamos una sesiónde formación para los catequistas de la parroquia, así que rezad para que sea fructuosa y que no haya problemas. Será también otro espacio de intercambio y de reencuentro.
Bomao
¡Ah! Me olvidaba: hoy he  jugado con Juan Bomao, un niño pigmeo de unos tres años que es bastante especial. Hay que conocerlo. Silencioso y tímido se va acercando a mí bajando la cabeza y alzando sus ojos saltones y vivos. Lleva entre sus manos su juguete: un pedacito de madera con el que pasa su tiempo mientras llega el momento del arco y las flechas. De pronto lo busco con la mirada entre una tarea y otra y ya no lo veo... ¡Epa! alguien tira de mi pantalón. Es Juan, que me pide un poco de tiempo y de afecto. Hablamos, jugamos, la gente nos ve y se pregunta, ríe y comenta... Ha llovido, así que después de llevar a Jean junto a su mamá tendré que lavarme porque el barro no perdona...
Un abrazo para todos.
Rezad por nosotros y por una paz duradera para este pueblo.
Andrés

domingo, 8 de septiembre de 2013

¡Gracias!


Encofrado para tapial.
Casa acogida para líderes pigmeos y catequistas.
Casa terminada.
Hangar para encuentros y formaciones.
Complejo: 2 casas y 1 hangar.
Casa en Bingo
Casa en Bingo
¡Hola de nuevo! Aprovechando estos días de controles médicos, os cuento algo sobre estos meses pasados.

Como sabéis, volviendo a la R.D.Congo en noviembre 2012, tenía dos objetivos principales:
  • hacer una sencilla estructura de acogida en Bayenga para los encuetros de líderes pigmeos y de catequistas,
  • hacer una casa en una de las aldeas de la parroquia (Bingo se llama la aldea), que serviría de base para poder acompañar a una buena parte de los pigmeos de nuestra parroquia en su seminomadismo cerca de las minas de oro artesanales.
Debido a la falta de medios, empleamos la técnica de tapial, también con la esperanza de suscitar la emulación entre la población que, hasta ahora, sigue construyendo casas de palos y fango.

Considerando que los ritmos de aquí (RDCongo) son distintos y que la gente que nos ha ayudado a construir no conocía la técnica del tapial, creo que las casas están siendo construidas bastante bien y “rápido”.

Aquí os dejo algunas fotos junto con el agradecimiento a las comunidades cristianas de S. Félix de Valois, S. Ildefonso y Santiago Apóstol de Jaén, que nos han sostenido con su generosidad.

Como veis, para el encofrado del tapial usamos los medios más sencillos, para que la gente vea que está a su alcance.

Nuestra intención sería poder cerrar el hangar, quizás con ladrillos de adobe, para evitar distracciones y resguardarnos de la lluvia, pero necesitaríamos "otro empujón solidario" para ello.

En la aldea Bingo estamos todavía elevando los muros de la casa, pues no hemos podido comenzar allí hasta que no terminamos el hangar de Bayenga; también hemos tenido dificultades por el desplazamiento de militares a causa de la inseguridad en la zona (acordaos del episodio de los rebeldes...).

Una buena noticia es el entusiasmo de los jóvenes que se han ofrecido para construir la casa en Bingo. Muchas personas pasan a ver este tipo de construcción y los cristianos se están calentando hasta el punto de empezar a pensar en la construcción de la capilla con esta técnica.

Salir de la precariedad de la vivienda sería ya un logro importante para nuestra gente que se ve obligada a construir cada dos años sus casas, pues las lluvias y las termitas vuelven vulnerables las casas en poco tiempo.

El tapial podría ser una buena solución asequible a los medios de los que la mayor parte de la población dispone.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Merci, Morgan!


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Después de unos meses de silencio y de perplejidad vuelvo a contaros algo de nuestro devenir por Bayenga.
“Merci, Morgan!” (¡gracias, Morgan!). Este es el grito que más se ha oído en Bayenga y alrededores durante los meses que siguieron a los ataques de enero-febrero.
Si releéis las anteriores entradas recordaréis que Morgan es el nombre del jefe rebelde que había atacado la población de “51 Km” y que originó la llegada del destacamento de la armada y la migración de una buena parte de la población de “51 km” y de las aldeas vecinas hasta Bayenga e incluso Wamba.
Pues bien, una semana después se puso en marcha el mecanismo de ayuda a los desplazados de guerra: censo de desplazados, llamada a organismos, distribución de ayudas...
Yo no había visto nunca ese tipo de despliegue “solidario”. Por un lado uno se alegra por la inquietud y el interés de los organismos de solidaridad. Por otro lado he de confesar mi perplejidad ante el mecanismo:
Los agentes que vinieron para hacer el censo de refugiados a Bayenga y a las aldeas de nuestra parroquia no conocían la zona. Empezaron a preguntar y, sin ninguna verificación, inscribieron en las listas a numerosos vecinos que no se habían desplazado para nada a causa del conflicto. Incluso algunos lo declaraban abiertamente: “yo estoy en mi casa y no necesito esta ayuda”.
Respuesta: “no seas tonto, recibe lo que te ofrecemos, porque no vamos a volver a Kisangani con ello”.
El caso es que las ayudas llegaron cuando los desplazados ya habían vuelto a sus casas. Fue la solidaridad de las familias y vecinos la que ayudó a salir del paso a los desplazados.
P.A.M., Caritas, Solidarités, Save the children, son cuatro de los organismos que hicieron valer su generosidad en la zona. Cierto, no pongo en tela de juicio la buena voluntad, comprendo la falta de personal y de medios que les hizo apoyarse en gente del lugar que no entendió bien el fin de las ayudas,... También entiendo que de algún modo deben donar los productos almacenados antes de que caduquen...
En fin que la población repetía una y otra vez “merci, Morgan”, pues sin su ataque no habrían recibido alguna ayuda. Nada, que no hay mal que por bien no venga.
A nosotros que acompañamos diariamente a esta población nos cuestionó profundamente la falta de coordinación y de comunicación entre organismos que dio lugar a estas acciones paralelas que podrían engendrar dependencia más que solventar una crisis.
Con un poco más de coordinación y de sinceridad se podría haber ahorrado transporte, personal y tal vez una parte de la ayuda desplegada en nuestra zona podría haber servido en el este o en otras zonas de conflicto de mayor intensidad.
Pero bueno, gracias, Morgan, porque con tu ataque has encendido la solidaridad entre nosotros y nos has hecho conscientes de que hay un problema latente que puede explotar y al que hay que dar respuesta más allá de las galletas, harina, maíz, colchones o cacerolas que se repartieron.

lunes, 11 de febrero de 2013

11 de febrero de 2013

¡Hola, hermanos!

Hoy, día de María (nuestra Señora de Lourdes), os escribo para comunicaros que, en mi opinión, la situación está controlada.

Cierto que queda un poco de histeria colectiva: cuando se ve a alguien desconocido comienzan las preguntas y los correveydiles... de modo que es difícil de apagar este fuego. Cierto, queda saber lo que pasará cuando los militares estén de vuelta, pero también es cierto que se están comportando mucho mejor que otras veces. Los oficiales patrullan y visitan a sus hombres continuamente para evitar excesos, también porque saben que sería ponerse la población en contra y no está el horno para bollos.

Anteayer parece que hubo un rebelde herido o descolgado del resto que pasó por Bayenga, pues parece que tiene algún familiar aquí; pues no veas "radio macuto" cómo funciona....

Pero nada, como os decía, en mi opinión la situación está bajo control.

Sigamos orando, pues no está de más y ya sigo informándoos.

Un abrazo y ánimo, que podamos vivir con intensidad esta cuaresma: que podamos crecer en el conocimiento de nuestro Señor y de su Reinado y en el deseo concreto de servirle desde nuestras debilidades y limitaciones. Más atentos a su Palabra y a sus mociones en nuestro corazón, más atentos a su voluntad y a sus interpelaciones a través de nuestros hermanos... Todo desde la libertad y la serenidad de quien se sabe ya amado, perdonado, escogido... desde la certeza de que nuestro Señor confía en mí, en cada uno de nosotros incluso desde nuestras debilidades.

Un abrazo, Andrés

viernes, 8 de febrero de 2013

8 de febrero de 2013

Esta mañana he estado en Bingo, a 11 km de 51 para informarme sobre el director de escuela que "habían detenido"...

Sí es cierto que los soldados van y vienen desde km 51 a Bingo, para hacer sus investigaciones y preguntar aquí y allí, pero no han detenido a nadie por el momento, sino que han preguntado por el paradero de un rebelde que había sido herido y parecía haberse dirigido a Bingo para hacerse curar...

Evidentemente la gente de Bingo tiene más miedo que la de Bayenga, pues acogieron la primera noche cientos de desplazados que, histéricos, contaban lo que habían visto y lo que habían imaginado. Pero algunas familias habían vuelto ya de la selva, también obligados por la lluvia que este año interrumpe por sorpresa la estación seca cada dos por tres.

Parece que un destacamento de la armada ha entrado en la selva, en dirección del Parque del Okapi para buscar a los rebeldes. Otros, numerosos, patrullan el poblado minero de km 51 buscando pistas, cómplices,... Parece que han detenido a un jefe tradicional de km 47 (otra aldea minera, evidentemente, a 4 km de 51)...

Y, como siempre, sorprendentemente, la vida continúa: los niños, pocos, jugaban por las calles, las madres iban a los campos a buscar algo de mandioca para la tarde, los padres comienzan a cortar algunos árboles para hacer su campo de arroz y de frijoles, algunos maestros enseñan en la escuela, el catequista estaba en la capilla, descansando pues estos días sufre de malaria...

Es un misterio: bien y mal, vida y muerte, juntos, mas siempre, siempre al final vence la calma, la vida, la reconciliación, la reconstrucción, el Reinado de Dios, la bondad...

Es impresionante cuando después del estruendo de fusiles llega la calma y, de seguida, el canto de los pájaros y, poco a poco, las voces de algún niño...

Hasta pronto.