lunes, 28 de octubre de 2019

Tiempo de intentos

Después de un tiempo visitando las comunidades de nuestra parroquia de Nabasanuka, en territorio warao, y sumergidos en el dinamismo del sínodo por la Amazonia, os comparto algunas de las primeras impresiones, con mucha humildad y con la convicción de que tengo que seguir confrontándolas todos los días a través del encuentro con las personas, el diálogo y la oración.

Lo primero que llama poderosamente la atención es el proceso de migración que se inició ya en el 2014 y que “explotó” en 2016-17 hasta nuestros días. La búsqueda de alimentos, de medicinas, de ropa,... en definitiva, de una vida digna, lleva a los warao, como a los ya casi 5.000.000 de venezolanos a dejar sus familias, salir de sus tierras, sus raíces, dejándose en brazos de la incertidumbre.

En la vida cotidiana de los caños (así llaman a cada uno de los más de 300 brazos en los que se desparrama el río Orinoco antes de abrazar el Océano Atlántico), los alimentos no son ni abundantes ni variados. El ocumo chino “quiere ser” el alimento de base, sólo que las grandes crecidas de los últimos años y los grupos de báquiros (especie de jabalí que abunda en los parajes) diezman el fruto del trabajo de los warao, volviéndolo insuficiente para la subsistencia y obligando a casi todas las familias a desplazarse en canoa durante uno o dos días (2 ó 3 veces por semana), para cambiar ocumo por jabón, ropa, sal, cepillos de dientes,... al regreso, aun tienen que darse a la pesca, esperando que los “naba arao” (espíritus señores del río) les concedan pescado en abundancia para la familia. Como no tienen modo de conservarlo, han de salir a pescar todos los días, con más o menos fortuna. No he visto hasta ahora que se alimenten con otras verduras o frutas a parte de la fruta oleaginosa del moriche, que no tiene mucha pulpa y necesita un proceso de elaboración de unos tres días.

Los instrumentos de trabajo para cultivar la tierra o para pescar son muy caros para ellos, que no tienen ningún modo de conseguir dinero en efectivo desde los caños, así que la subsistencia se convierte en un desafío poderoso para ellos.

Los jóvenes que han terminado de estudiar la escuela secundaria pasan el día entero sin saber qué hacer, salvo algo de deporte en una cancha pequeña de cemento, defectuosa, que se inunda a ciertas horas del día según la época del año. La falta de horizontes y de referentes hace de las chicas víctimas fáciles de la trata de mujeres y a los chicos víctimas de la marihuana o del contrabando, aunque otros deciden alistarse en la policía o el ejército, que no son las instituciones mejores para crecer en valores en Venezuela en estos momentos.

La política divide a las familias con falsas promesas y con represalias institucionales, a veces, incluso entre miembros del mismo partido. Así se han debilitado hasta las más elementales formas de organización, haciendo más sencilla la manipulación de la gente y más vulnerable cualquier tipo de protesta.

Aun siendo mi prioridad en este momento el estudio de la lengua y el conocimiento de las personas y del pueblo warao, creo que es urgente intentar identificar a los líderes, invitarles a reunirse, provocar y facilitar el diálogo y la reflexión entre ellos, para que, tomando conciencia de la coyuntura en que viven, puedan preguntarse hacia dónde quieren ir, con qué fuerzas cuentan, cómo organizarse... interpelando su ser warao, su espiritualidad, su resiliencia...

Me parece también urgente proponer algo a los jóvenes para intentar abrirles un horizonte de futuro, despertar su esperanza y su capacidad de soñar..., evitando la migración a la ciudad o a Brasil, con la consecuente desestructuración personal e identitaria.

Ya hemos iniciado los procesos, siguiendo las huellas de mis hermanos de la Consolata; me estoy apoyando en algunas de las personas formadas por ellos. Así estoy invitando al encuentro y a la organización más allá de las familias (forma natural de organización warao) y hemos iniciado un camino formativo para los jóvenes a través del cual queremos prepararnos para sensibilizar y formar las distintas comunidades (unas 100) de nuestro territorio. Nos gustaría hacer talleres de alfabetización de niños en lengua warao, de promoción de la mujer, de recuperación de la medicina tradicional warao y prevención de algunas enfermedades, y otro taller de organización comunitaria a través de la escucha de los ancianos. Junto a estas actividades, queremos animar a los jóvenes de las distintas comunidades a implicarse en este camino, siendo animadores locales de sus propias comunidades y de las comunidades vecinas.

Ya os contaré cómo va el camino. Un abrazo y una oración.

martes, 23 de julio de 2019

MENSAJE DE LOS OBISPOS DE VENEZUELA

Os comparto el último mensaje de los Obispos de Venezuela reunidos en su Asamblea Ordinaria del 11 de Julio del 2019

Este es el link, por si no se lee bien en el blog:

https://www.cec.org.co/sites/default/files/AO-Exhortaci%C3%B3n%20de%20la%20112%20Asamblea%20%20Dios%20quiere%20para%20Venezuela%20un%20futuro%20de%20esperanza.pdf

EXHORTACIÓN PASTORAL EN OCASIÓN DE LA CXII ASAMBLEA PLENARIA ORDINARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA
Caracas, 11 de julio de 2019

Dios quiere para Venezuela un futuro de esperanza

  1. Al finalizar los trabajos de la CXII Asamblea Ordinaria de la CEV, compartimos con todo el pueblo de Venezuela nuestras reflexiones sobre la actual situación del país con la finalidad de poner en evidencia la magnitud de los problemas que nos aquejan, brindar orientaciones que nos ayuden a darles respuesta, y animar a todos a comprometernos en la construcción de un futuro mejor.
  2. Nuestra realidad marcada por el sufrimiento y el dolor de las mayorías.

  3. Reiteradamente hemos descrito la compleja y dramática situación política, económica y social que vive Venezuela, y que tiende a agravarse cada día.
  4. Esta realidad queda reflejada en el reciente Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (4 de julio de 2019). Allí se concluye, entre otras cosas, que:
    • “existen motivos razonables para creer que se han cometido graves violaciones de los derechos económicos y sociales, incluidos los derechos a la alimentación y la salud, en Venezuela” (n° 75);
    • “durante más de un decenio, Venezuela ha adoptado e implementado una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático, debilitado las instituciones públicas y menoscabado la independencia del poder judicial” (n° 76);
    • “todo ello ha permitido al Gobierno cometer numerosas violaciones de los derechos humanos.” (n° 77);
    • “miles de personas, principalmente hombres jóvenes, han perdido la vida en supuestos enfrentamientos con fuerzas estatales en los últimos años. Existen motivos razonables para creer que muchas de estas muertes constituyen ejecuciones extrajudiciales perpetradas por las fuerzas de seguridad” (n° 78);
    • “los pueblos indígenas venezolanos son objeto de graves violaciones de sus derechos individuales y colectivos” (n° 79);
    • “el Estado ha denegado sistemáticamente los derechos de las víctimas de violaciones de los derechos humanos a la verdad, la justicia y la reparación.” (n° 80).
  5. Además pone en evidencia que existen abundantes casos de detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos por parte de organismos del Estado (n°. 41-46) y sobre el uso excesivo de la fuerza y muertes causadas en el contexto de operativos de seguridad (n° 47-52). Todo lo anterior ha sido denunciado desde hace bastante tiempo por diversas instancias nacionales e internacionales. Ejemplo de estas violaciones al estado de derecho son las recientes actuaciones de órganos del Estado que condujeron a la muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo y la pérdida de la visión del joven Rufo Chacón, hechos que ya fueron condenamos enérgicamente por la Comisión de “Justicia y Paz” de esta Conferencia1
  6. Otro rasgo muy significativo de la actual situación es el éxodo de más de un 12% de la población venezolana, impulsado por la situación política, el empobrecimiento de la clase media y el menosprecio de los pobres. Una generación de niños y niñas no han visto a sus padres durante meses. Si la situación económica y social continua en franco deterioro, el país puede perder en los próximos meses parte importante de su población2.
  7. En esta crisis, van ganando terreno el deterioro moral de la sociedad con sus secuelas de violencia, mentira, corrupción e irresponsabilidad, y la desesperanza y el miedo de la ciudadanía. La inmensa mayoría de los habitantes del país rechaza esta situación porque se encuentra en abierta contradicción con los tradicionales valores cívicos, culturales y religiosos que han caracterizado a nuestro pueblo. Los venezolanos seguimos apostando por una convivencia ciudadana plural, pacífica, en justicia, libertad y solidaridad, como lo establece la Constitución.
  8. La dignidad de la persona y el bien común, valores irrenunciables.

  9. Proclamamos como hombres de fe que Dios quiere lo mejor para Venezuela, así lo afirma el profeta Jeremías: sus designios son de prosperidad, no de desgracia; él nos da un porvenir y una esperanza (cf. 29,11).
  10. Tal como lo afirmamos en el Concilio Plenario de Venezuela, “una de las grandes tareas de la Iglesia en nuestro país consiste en la construcción de una sociedad más justa, más digna, más humana, más cristiana y solidaria”3. Esto postula un decidido compromiso de todos por la defensa de la dignidad de la persona humana y el bien común.
  11. Los regímenes políticos, ideologías, organizaciones o instituciones deben estar al servicio de estos principios fundamentales. Esto exige una decidida promoción y defensa de los derechos humanos, y una permanente denuncia de los abusos y violaciones de esos derechos, ya que “todos los atropellos a esa dignidad son atropellos al mismo Dios”4
  12. La renovación ética y espiritual del país es tarea de todos. Esto nos exige favorecer la educación en principios y valores, desterrar de la vida social la mentira como instrumento de manipulación, erradicar la corrupción administrativa y el aprovechamiento de los bienes públicos. De igual forma, construir adecuados mecanismos para superar la violencia familiar y social. Para ello se hace necesario la participación de todos los sectores e instituciones en el diseño y realización de un proyecto de reconstrucción democrática del país en la justicia, la libertad y la paz, guiado por metas claras y tareas concretas.
  13. También exige comprender que la política tiene como finalidad el bien común y no los intereses particulares. Es perentorio para la recuperación de nuestro país que quienes se dedican al ejercicio de la política, o aspiren a hacerlo, lo hagan como una opción de servicio, -como “una alta forma de caridad”-, según la expresión del magisterio pontificio. Con políticos responsables, generosos, honestos, coherentes, capaces de movilizar la población a la consecución de grandes objetivos, se puede superar la crisis, ya que hay que enfrentar problemas y desafíos de gran magnitud.
  14. La tarea de reconstruir Venezuela: decisiones urgentes.

  15. Como afirmamos el pasado mes de enero, ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución5 . Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República6. Para que sea realmente libre y responda a la voluntad del pueblo soberano,7 dicha elección postula algunas condiciones indispensables tales como: un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, la actualización del registro electoral, el voto de los venezolanos en el exterior y una supervisión de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, entre otras; igualmente el cese de la Asamblea Nacional Constituyente.
  16. Ante la “emergencia humanitaria” en la que el sistema económico y político vigente ha sumido a toda la población, es urgente que se permita la entrada masiva y distribución de la ayuda de alimentos y medicinas, con participación y supervisión internacional, y deslastrada de las diatribas partidistas y del flagelo de la corrupción. La Iglesia Católica, a través de sus instituciones, y particularmente las Caritas parroquiales, diocesanas y nacional, renueva su compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y distribución de esta ayuda humanitaria.
  17. Los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los órganos policiales y el Ministerio Público, en el cumplimiento de sus deberes constitucionales, deben obrar conforme a la justicia y la verdad, y no al servicio de una parcialidad política. Así erradicarán de su seno las prácticas de persecución y tortura, y resguardarán, defenderán y harán respetar los derechos de todos, por encima de cualquier interés personal o partidista.
  18. Para contribuir a esa renovación nacional, reiteramos nuestro compromiso como Iglesia de seguir fortaleciendo la fe en Jesucristo que sana y libera, y llevando esperanza a nuestro pueblo, a través del desarrollo de programas de formación y organización que permitan la defensa de los derechos humanos, la recuperación de la institucionalidad democrática y la reconstrucción del país de una forma pacífica8. Desde nuestras instituciones educativas, seguiremos brindando una educación de calidad que eleve los valores espirituales y ciudadanos de nuestro pueblo.
  19. Conclusión: Nuestro agradecimiento y oración

  20. Ante la próxima Asamblea especial del Sínodo de los Obispos sobre la Región Panamazónica, que tiene como tema “Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología integral”, y que se realizará en Roma en el mes de octubre, pedimos la oración de todos. Que esta Asamblea sea una ocasión para impulsar la evangelización y atención pastoral, reflexionar y evaluar la protección y cuidado de los pueblos indígenas y del ambiente en una ecología integral, que garantice las fuentes de agua y de otras riquezas naturales que son necesarias para nuestro país.
  21. Agradecemos y felicitamos a los sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, el esfuerzo que realizan cada día para mantener viva la esperanza y profundizar la evangelización del pueblo venezolano y, en particular, por las iniciativas para la atención de las personas más vulnerables. Ratificamos de nuestra parte el “gusto espiritual de ser pueblo”, ya que pertenecemos a él y buscamos estar cerca de la vida de la gente sin excluir a nadie9. Agradecemos también el apoyo que nos brindan el Papa Francisco, así como la Iglesia y los gobiernos de otros países, y, especialmente de nuestros vecinos, para que podamos continuar llevando adelante esta obra evangelizadora, y por la atención que brindan a los venezolanos que han emigrado.
  22. En nuestras visitas a las comunidades se nos pide contantemente que recemos por Venezuela. Tengan la seguridad que lo hacemos todos los días. Hemos apoyado y promovido también múltiples iniciativas de oración y ayuno para implorar a Dios por las necesidades de nuestro país y para que podamos resolver en paz los problemas que hoy nos aquejan. Queremos convocarlos, una vez más a no ceder en el buen propósito de orar con humildad y trabajar con confianza por el bienestar de nuestro país.
  23. ¡Dios es nuestro auxilio! (cfr. Is 41,10). Pedimos la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto por esta noble causa. Con nuestro saludo y bendición.

Los Arzobispos y Obispos de Venezuela

Referencias

  1. Cf. Comunicado “Todo el que aborrece a su hermano es un homicida” (1 Jn 3,13), Caracas, 4 de julio de 2019.
  2. Cf. Entrevista con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, El Nacional digital, 7 de junio de 2019, hora 14,02
  3. CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA, Documento La Contribución de la Iglesia a la gestación de una nueva sociedad, n° 90.
  4. JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica postsinodal Ecclesia in América n°. 57.
  5. Cf. Exhortación Pastoral del Episcopado Venezolano “Lo que hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron” (Mt 25,40). Caracas, 9 de enero de 2019, n° 3.
  6. Cf. CEV, Petitorio de la Presidencia a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Caracas, 21 de junio de 2019.
  7. Cf. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, art. 5.
  8. Cf. CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA, Documento “La Contribución de la Iglesia a la gestación de una nueva sociedad”, Desafío 4.
  9. Cf. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n° 268ss.

miércoles, 19 de junio de 2019

9 de junio de 2019

¡Hola a todos!

Hace casi un mes, el 12 de Mayo, P. Juan Carlos tuvo que ir a Argentina por la muerte repentina de su hermano Rubén. Fue duro: estaba celebrando la fiesta patronal de la parroquia en Araguaimujo y llegó uno de nuestros hermanos desde Tucupita, en lancha, para informarle y para acompañarle en su regreso a Tucupita. Como sabéis, la comunicación en nuestra misión es muy difícil, así que al llegar la noticia su hermano llevaba unos días muerto. Con mucho aplomo, Juan Carlos vino hasta Nabasanuka, me informó, agarró sus cosas, me dio algunas consignas y a la mañana siguiente salió para Argentina. Tantos planes... Sólo nuestro Señor y su Reinado son absolutos y duraderos.

Juan Carlos llegó bien a su casa donde pasará unos meses de vacaciones.

En Nabasanuka seguimos caminando, con el corazón acompañando al padre y hermano en su viaje y en su duelo. Toca entrar más rápido, concluir programas y organizar el inicio del año pastoral. El idioma warao es melodioso a mis oídos, como la brisa de las tardes y el canto de los pájaros exóticos. Los manglares, al inicio misteriosos, se van haciendo amigos en el paisaje de los caños, que también comienzan a abrirme sus secretos y sus direcciones.

El 7 de junio, anteayer, celebramos el 2º aniversario de la muerte del P. Damián, un gran misionero capuchino que dio su vida y su amor a los warao del Delta Amacuro y que quiso ser enterrado en Nabasanuka, en el terreno de la misión, donde él viviera durante años. Me impliqué en la celebración y, para darle solemnidad celebramos también las confirmaciones de más de 50 jóvenes y adultos y unas 30 primeras comuniones.

El mensaje de la vida del P. Damián invitaba a los warao a amar su identidad, su pueblo, su cultura y su lengua. Hubo manifestaciones culturales, juegos y competiciones autóctonos y concluimos con un encuentro con algunos de los líderes de las comunidades cristianas.

Todo Nabasanuka se implicó en la preparación, y ha sido un revulsivo para muchas de las comunidades. Unas 630 personas vinieron de lejos, en canoas, remando durante horas, algunos durante todo un día... Nada de bromas!!! Solo verlos llegar era ya impresionante e inspirador. Cierto, el Espíritu Santo quiere caminar en este pueblo y con este pueblo y él quiere dejarle actuar.

Poco les importó a algunos pasar dos días casi sin comer o dormir a la intemperie. La gran Acción de Gracias no quería terminar: cantos, símbolos, mensajes,... algo estaba despertando. Unos evocaban a nuestro Señor Jesucristo, otros al P. Damián o alguno de los misioneros capuchinos, otros a los misioneros y misioneras de la Consolata que han pasado por aquí. Todos llenos de esperanza invocando un cambio desde el gobierno y las instituciones; desde ellos mismos, pero en definitiva un cambio. No podemos seguir así, decían: hambre, enfermedades, falta de acceso a las medicinas y a la diversificación de la dieta, falta de maestros y de escuelas, falta de líderes que orienten y organicen,...

Hoy, fiesta de Pentecostés, he visitado tres comunidades y sigue el entusiasmo y la esperanza. Las ganas de caminar. Niños, jóvenes y adultos, ancianos, parecen poner la esperanza en la misión, en nosotros, misioneros, para que demos ritmo y dirección a su caminar.

Hemos de hacerlo juntos, desde luego, con la luz del Espíritu de la Vida y con su Fortaleza y Sabiduría.

Ahora queda el desafío del cómo. El sistema bancario y monetario actual de Venezuela es un poco complicado para acceder al dinero líquido, y también las transacciones se complican a menudo últimamente. Se encuentran pocas cosas en los almacenes, así que contamos con pocos medios. Bueno, la esperanza y la necesidad aumentarán nuestra creatividad, pero esto no puede detenerse. Los mayores desafíos son el transporte: la gasolina, difícil de conseguir; el medio de transporte, pues la lancha que tenemos en la misión es vieja y necesita ser reparada a fondo; conseguir medicinas y alimentos, conseguir ropa para la gente, sal,... y que nos permitan llegar con todo ello a Nabasanuka...

El Señor es nuestra fuerza y nuestra alegría.

Os dejo con algunas imágenes de lo que os he contado: niños, preparación de la fiesta y la celebración.

Un abrazo en comunión.

viernes, 3 de mayo de 2019

CONOCER PARA AMAR

¡Hola, amig@s!

Volvimos de Tucupita después de conseguir la gasolina... Nos dieron la mitad de lo que el delegado de la gobernadora nos concedió... Paz y bien. Al volver transportamos también a la señora enferma, ya recuperada, con su marido. Los dos pasaron días difíciles en el hospital y en Tucupita, pues vinieron con lo puesto y sin dinero, así que han pasado hambre. En el camino nos enseñaron la receta médica y nos explicaron que en el hospital no le dieron medicinas, así que nos tocó buscarles alguna medicina por aquí. La providencia quiso que al día siguiente llegaran unas cajas de medicamentos que regaló el gobierno para el hospital de Nabasanuka y alrededores (en una semana terminaron las medicinas), así que pudo retirarlos y volver a su casa.

Para ir conociendo a los vecinos y para darme a conocer, organizamos la Eucaristía por grupos de casas. Hermoso ver a todos los vecinos, niños, jóvenes adultos, ancianos, reunidos, compartiendo con toda sencillez el espacio en sus pequeñas casas de madera. Sentados en el suelo la mayoría, en sillas los mayores, cantamos a Cristo resucitado con la alegría, la fraternidad y la esperanza como únicos instrumentos musicales.

En comunidad cocinamos una semana cada uno; es un buen ejercicio de creatividad en el que toca cocinar el ocumo (un tubérculo) y el arroz de formas distintas para no caer en la rutina. Cuidar los detalles construye comunidad.

Dedicamos bastante tiempo a dialogar compartiendo desafíos y sueños, pasado y perspectivas de nuestra misión.

Estos días están comenzando las lluvias y ya vamos viendo cómo sube el nivel del río que, como cada año, llegará a inundar buena parte de la tierra firme, entrando algunos días en las casas, que se construyen un poco elevadas para evitar el agua en lo posible.

Nuestra casa está casi siempre abierta, así que niños y jóvenes pasan buena parte del día con nosotros. No hay casi actividades en las comunidades más allá de la pesca, algo de agricultura (con las crecidas se pueden cultivar pocas cosas), la escuela y algo de deporte. Hay una cancha pequeña en cemento, donde distintos grupos de jóvenes y niños juegan durante todo el día mientras el río no es muy caudaloso. Durante las lluvias se inunda y el único deporte que queda es la natación y el "piragüismo".

La mayoría de los warao prefiere hablar en castellano (es como si diera un poco de dignidad), así que tocará hacer un esfuerzo mayor para aprender el warao. Aprender la lengua de un pueblo es la llave para aprender entenderlo, así nos decía José Allamano, nuestro fundador.

Estos días de incertidumbre en Caracas y las grandes ciudades del país han reavivado cuestiones y esperanzas entre nuestra gente, aunque aquí todo está muy lejos. Todo llega más tarde aquí y con menos intensidad: la política, la comida, las medicinas, los servicios,... Rezamos para que las autoridades busquen siempre el bien del pueblo, de los más necesitados.

Un saludo a todos.

lunes, 22 de abril de 2019

PASCUA EN NABASANUKA

Celebrar la Acción de Gracias cada día a la orilla del río, acariciados por la brisa y acompañados por un coro de aves diferentes en tamaño y colorido, invita a sentirse en comunión con la creación y el Creador, con toda la humanidad... Es cierto, todo está relacionado, como dice el Papa Francisco en su encíclica "Laudato síi".

Nuestra parroquia está formada por unas 100 comunidades warao de 12 a 450 habitantes cada una. Accedemos a ellas siempre por río, en lancha; a algunas podemos acceder en piragua.

La gente es muy acogedora. Llama mucho la atención la pasividad a la cual la política de los últimos años ha sometido a la gente, porque no valía la pena producir ni en los campos ni en algunos de los demás sectores de la economía, porque el Estado subvencionaba sus productos, a veces los regalaba,... así que ahora que no tiene o no puede ofrecer eso, la gente tiene que volver a organizarse y recomenzar desde cero...

La necesidad ha hecho emigrar a muchos warao hasta el norte de Brasil, donde viven en campos de refugiados. Los que quedan aquí intentan sobrevivir con imaginación y tesón para alimentarse, aunque la falta de servicios médicos y de medicamentos hace dura la vida de cada día, sobre todo en los hogares donde hay niños pequeños.

Las celebraciones de Semana Santa (de 2 a 5 por día), han sido muy intensas y bonitas por el número de los miembros de las comunidades y por los procesos que están viviendo. Se hace muy real la necesidad del PASO de la tierra de esclavitud a la tierra prometida, a la VIDA NUEVA EN CRISTO, nueva fraternidad, nuevas relaciones entre las personas, los pueblos y con la naturaleza; por eso, la fe en la victoria de nuestro Señor sobre el mal y la muerte alimenta nuestra esperanza y sostiene nuestro caminar.

Un abrazo.

jueves, 28 de marzo de 2019

CONTRASTES

Tucupita aparece en el horizonte en medio de las aguas, sencilla y misteriosa, acogedora e inquietante.

Hoy hemos visitado con p. Chrispine, al Obispo, D. Ernesto, capuchino, para presentarme y compartir un poco sobre la diócesis.

El palacio episcopal, en piedra, fruto de otros tiempos y otras mentalidades, bello, austero, abierto a los indígenas warao, que se reúnen en sus instalaciones cada semana.

Preguntamos por Monseñor Ernesto en la entrada del Obispado y nos dicen "suban y llamen a la puerta". Así lo hicimos. D. Ernesto responde con tono alegre y acogedor: "pasen!". ¡¡¡Lo encontramos en la cocina, preparando la comida para la comunidad!!! Ahí mismo nos sentamos a tomar café mientras la olla express silbaba.

Muchísima cercanía, humanidad, bondad. Compartimos historias de misión, que rebosan pasión por la gente sencilla y por el proyecto de nuestro Señor Jesucristo de una Nueva Humanidad, Nuevas Relaciones más justas y verdaderas, más pacíficas y equitativas..., más humanas y más divinas.

Quiero guardar cada instante de este encuentro en mi corazón y en mi memoria... por eso no quise perder tiempo en hacer fotos. Después sí, hice alguna del obispado que os enseño:

También por la mañana encontramos al P. Julio, un capuchino español que tiene 83 años, si no me equivoco, y lleva desde los 25 entre los warao. Toda un testigo de bondad, sencillez, de opción y amor a Dios y a un pueblo, el warao, entre los preferidos de Dios. Débil y enfermo, sigue desbordando de pasión. En estos días nos encontraremos para compartir. ¡¡¡Cuánta gracia!!!

Por la tarde, participamos en uno de los encuentros organizativos de la pastoral indígena de Tucupita en el obispado y después participé en la Acción de Gracias en la parroquia de Tucupita, también de estilo colonial, de principios del S. XX; sencilla, y frecuentada también por gente sencilla.

A medio día acompañamos algunos indígenas hospitalizados en el hospital de Tucupita al centro médico donde hacen radiografías. Uno de ellos tuberculoso, tres niñas entre 2 y 5 años, una de ellas con síndrome de Down, muy bella y simpática. Los acompañaba también un agente de pastoral indígena, para que los atiendan como a los demás. A causa de los apagones hay un gran número de pacientes que espera los servicios de rayos...

Hasta la próxima.

viernes, 22 de marzo de 2019

WARAO

¡Hola, amigos!

Hace un mes que llegué a Venezuela y dentro de unos días llegaré a la misión de Nabasanuka.

Después de 15 años en la R.D. Congo, la mayoría de los cuales acompañando a los pigmeos de la parroquia de Bayenga, me encuentro ahora en un nuevo continente, un nuevo país, otro pueblo, otro idioma... La actitud ahora, como en todo comienzo, es la del aprendiz, consciente de ser extranjero. Intentaré ser también vuestros ojos en esta realidad.

Comenzamos una nueva etapa, continuamos un mismo camino, el de la misión de nuestro Señor Jesucristo.

Los indígenas warao son los habitantes mayoritarios de nuestra misión y del municipio Antonio Díaz del Estado del Delta Amacuro.