miércoles, 24 de septiembre de 2014

Los pigmeos y el agua

El agua forma parte importante en la vida de cada persona y pueblo.

Para un pueblo seminómada como el pigmeo, el agua condiciona los desplazamientos, los asentamientos, la alimentación, la higiene, la salud, la creatividad...

Normalmente el pigmeo no permanece mucho tiempo en la selva durante la estación de las lluvias, pues la excesiva humedad produce dolores reumáticos, sensación de frío, micosis, bronquitis,...; los rayos provocan también desastres naturales: árboles que aplastan cabañas, personas que mueren quemadas por un rayo mientras se protegían de la lluvia entre las ramas de un gran árbol... Aún así, hay grupos de pigmeos que permanecen en la selva también durante las lluvias, saliendo solamente para intercambiar productos alimenticios o comprar con el fruto de la caza y de la recogida de larvas y frutos un poco de ropa o incluso una radio.

Mabungu

La gran caza se realiza normalmente durante la estación seca. En cambio la recogida de miel (vehe), de setas (buuo) y de caracoles (lepembe), de frutos secos como el “ngaso” y otros frutos como el mabungu se da sobre todo en la estación de lluvias. Este es también el tiempo de las larvas (ikú) y de las termitas grandes, que llaman esua.

La mujer pigmea, durante las lluvias, hace incursiones en la selva de un día o dos normalmente. En este período ella dedica más tiempo a echar jornales recogiendo frijoles o cacahuetes o sembrando arroz a cambio de un poco de cacahuetes o de habichuelas.

Los pigmeos suelen lavarse en los cauces de los ríos, cuando el sol ya calienta el ambiente, pues no están habituados al frío. A veces usan un jabón artesanal (agbagi). Aprovechan ese momento para lavar también la poca ropa que tienen, incluso la que llevan puesta. Hombres y mujeres se lavan en riachuelos distintos (maipo udhidhiidhi).

(Fabrican el agbagi a partir del aceite de palma y de las cenizas que desprende, ya sea el tronco de la papaya quemado, ya sea el árbol y las cáscaras del plátano. Vierten agua en las cenizas, depositadas en un recipiente agujereado en el fondo; el agua que se desprende de esas cenizas la llaman makali y hace la función de la sosa cáustica en la fabricación del jabón).

A menudo el manantial (éko) de donde beben y cogen agua para cocinar está cerca del lugar de baño, pero bien separados y, evidentemente, corriente arriba.

Los niños pigmeos son los que suelen ir al manantial para coger agua; algunas veces también las jovencitas y las mamás.

El transporte del agua se hace con recipientes diferentes:

  • Una calabaza (okangá -kidjombe- épeé) bien preparada para ello (ya es muy raro verlo)
  • Un ánfora más bien esférica de barro cocido (magbata o bien ékosó) cubierta con hojas y atadas con tallos de hierbas
  • Un bidón de plástico de 5 a 20 litros de capacidad, según el modelo de bidón

Durante la estación seca, una de las actividades preferidas por las mujeres y niños pigmeos es la pesca de pequeños peces (sipe) y cangrejos (makanga) haciendo pequeños embalses (ikika) con el barro de los cauces que se están vaciando de agua por la escasez de lluvias. Sirviéndose de grandes hojas (makenge) achican el agua (kokyekyo maipo) y luego, con asombrosa facilidad atrapan los peces que echan en cestas (ichaai, itúmó) tejidas magistralmente por ellas mismas con lianas (ngopi: ichaai hii ngopi) o con tallos de plantas (ésoa: hecha con hierbas que llaman méchocho) y cubiertas por hojas, para evitar que algún pececillo escape por los pequeños orificios.

Ichaai o itumo
Esoa, elaborado con méchocho

Os presento también fotos de un vaso hecho con una hoja (yachochooko). La pliegan con gran destreza, para convertir la hoja en un pequeño recipiente para beber agua. Así, en cualquier momento y lugar, en medio de sus continuos desplazamientos, el pigmeo puede beber agua sin problemas.

Yachochooko