Sedientos de Vida
Compartiendo camino con los indígenas warao en Venezuela.
Compartiendo el Camino, la Verdad y la Vida: Jesucristo y su Buena Noticia.
Compartiendo noticias de la Consolata, nuestra familia misionera.
miércoles, 6 de diciembre de 2023
ADVIENTO
PISTAS PARA CUIDAR DE NUESTRA CASA COMÚN
¡Hola, familia!
Aquí les dejo un enlace que contiene algunas pistas para cuidar nuestra Casa Común
https://www.sei.org/wp-content/uploads/2022/11/nuestra-casa-comun-sei-vatican-20221128.pdf
Además un documento en el que se comparten buenas prácticas que ya se están realizando, junto con pistas de acción para jóvenes, niños, adultos, instituciones, catequesis,...
https://www.calameo.com/books/001315293a6697edf7ff6
lunes, 27 de noviembre de 2023
CRISTO REY de la CREACIÓN
¡Hola, hermanos! ¡¡¡Feliz fiesta de Cristo Rey!!!
lunes, 28 de octubre de 2019
Tiempo de intentos
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Después de un tiempo visitando las comunidades de nuestra parroquia de Nabasanuka, en territorio warao, y sumergidos en el dinamismo del sínodo por la Amazonia, os comparto algunas de las primeras impresiones, con mucha humildad y con la convicción de que tengo que seguir confrontándolas todos los días a través del encuentro con las personas, el diálogo y la oración.
Lo primero que llama poderosamente la atención es el proceso de migración que se inició ya en el 2014 y que “explotó” en 2016-17 hasta nuestros días. La búsqueda de alimentos, de medicinas, de ropa,... en definitiva, de una vida digna, lleva a los warao, como a los ya casi 5.000.000 de venezolanos a dejar sus familias, salir de sus tierras, sus raíces, dejándose en brazos de la incertidumbre.
En la vida cotidiana de los caños (así llaman a cada uno de los más de 300 brazos en los que se desparrama el río Orinoco antes de abrazar el Océano Atlántico), los alimentos no son ni abundantes ni variados. El ocumo chino “quiere ser” el alimento de base, sólo que las grandes crecidas de los últimos años y los grupos de báquiros (especie de jabalí que abunda en los parajes) diezman el fruto del trabajo de los warao, volviéndolo insuficiente para la subsistencia y obligando a casi todas las familias a desplazarse en canoa durante uno o dos días (2 ó 3 veces por semana), para cambiar ocumo por jabón, ropa, sal, cepillos de dientes,... al regreso, aun tienen que darse a la pesca, esperando que los “naba arao” (espíritus señores del río) les concedan pescado en abundancia para la familia. Como no tienen modo de conservarlo, han de salir a pescar todos los días, con más o menos fortuna. No he visto hasta ahora que se alimenten con otras verduras o frutas a parte de la fruta oleaginosa del moriche, que no tiene mucha pulpa y necesita un proceso de elaboración de unos tres días.
Los instrumentos de trabajo para cultivar la tierra o para pescar son muy caros para ellos, que no tienen ningún modo de conseguir dinero en efectivo desde los caños, así que la subsistencia se convierte en un desafío poderoso para ellos.
Los jóvenes que han terminado de estudiar la escuela secundaria pasan el día entero sin saber qué hacer, salvo algo de deporte en una cancha pequeña de cemento, defectuosa, que se inunda a ciertas horas del día según la época del año. La falta de horizontes y de referentes hace de las chicas víctimas fáciles de la trata de mujeres y a los chicos víctimas de la marihuana o del contrabando, aunque otros deciden alistarse en la policía o el ejército, que no son las instituciones mejores para crecer en valores en Venezuela en estos momentos.
La política divide a las familias con falsas promesas y con represalias institucionales, a veces, incluso entre miembros del mismo partido. Así se han debilitado hasta las más elementales formas de organización, haciendo más sencilla la manipulación de la gente y más vulnerable cualquier tipo de protesta.
Aun siendo mi prioridad en este momento el estudio de la lengua y el conocimiento de las personas y del pueblo warao, creo que es urgente intentar identificar a los líderes, invitarles a reunirse, provocar y facilitar el diálogo y la reflexión entre ellos, para que, tomando conciencia de la coyuntura en que viven, puedan preguntarse hacia dónde quieren ir, con qué fuerzas cuentan, cómo organizarse... interpelando su ser warao, su espiritualidad, su resiliencia...
Me parece también urgente proponer algo a los jóvenes para intentar abrirles un horizonte de futuro, despertar su esperanza y su capacidad de soñar..., evitando la migración a la ciudad o a Brasil, con la consecuente desestructuración personal e identitaria.
Ya hemos iniciado los procesos, siguiendo las huellas de mis hermanos de la Consolata; me estoy apoyando en algunas de las personas formadas por ellos. Así estoy invitando al encuentro y a la organización más allá de las familias (forma natural de organización warao) y hemos iniciado un camino formativo para los jóvenes a través del cual queremos prepararnos para sensibilizar y formar las distintas comunidades (unas 100) de nuestro territorio. Nos gustaría hacer talleres de alfabetización de niños en lengua warao, de promoción de la mujer, de recuperación de la medicina tradicional warao y prevención de algunas enfermedades, y otro taller de organización comunitaria a través de la escucha de los ancianos. Junto a estas actividades, queremos animar a los jóvenes de las distintas comunidades a implicarse en este camino, siendo animadores locales de sus propias comunidades y de las comunidades vecinas.
Ya os contaré cómo va el camino. Un abrazo y una oración.
martes, 23 de julio de 2019
MENSAJE DE LOS OBISPOS DE VENEZUELA
Os comparto el último mensaje de los Obispos de Venezuela reunidos en su Asamblea Ordinaria del 11 de Julio del 2019
Este es el link, por si no se lee bien en el blog:
EXHORTACIÓN PASTORAL EN OCASIÓN DE LA CXII ASAMBLEA PLENARIA ORDINARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA
Caracas, 11 de julio de 2019
Dios quiere para Venezuela un futuro de esperanza
- Al finalizar los trabajos de la CXII Asamblea Ordinaria de la CEV, compartimos con todo el pueblo de Venezuela nuestras reflexiones sobre la actual situación del país con la finalidad de poner en evidencia la magnitud de los problemas que nos aquejan, brindar orientaciones que nos ayuden a darles respuesta, y animar a todos a comprometernos en la construcción de un futuro mejor.
- Reiteradamente hemos descrito la compleja y dramática situación política, económica y social que vive Venezuela, y que tiende a agravarse cada día.
-
Esta realidad queda reflejada en el reciente Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (4 de julio de 2019). Allí se concluye, entre otras cosas, que:
- “existen motivos razonables para creer que se han cometido graves violaciones de los derechos económicos y sociales, incluidos los derechos a la alimentación y la salud, en Venezuela” (n° 75);
- “durante más de un decenio, Venezuela ha adoptado e implementado una serie de leyes, políticas y prácticas que han restringido el espacio democrático, debilitado las instituciones públicas y menoscabado la independencia del poder judicial” (n° 76);
- “todo ello ha permitido al Gobierno cometer numerosas violaciones de los derechos humanos.” (n° 77);
- “miles de personas, principalmente hombres jóvenes, han perdido la vida en supuestos enfrentamientos con fuerzas estatales en los últimos años. Existen motivos razonables para creer que muchas de estas muertes constituyen ejecuciones extrajudiciales perpetradas por las fuerzas de seguridad” (n° 78);
- “los pueblos indígenas venezolanos son objeto de graves violaciones de sus derechos individuales y colectivos” (n° 79);
- “el Estado ha denegado sistemáticamente los derechos de las víctimas de violaciones de los derechos humanos a la verdad, la justicia y la reparación.” (n° 80).
- Además pone en evidencia que existen abundantes casos de detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos por parte de organismos del Estado (n°. 41-46) y sobre el uso excesivo de la fuerza y muertes causadas en el contexto de operativos de seguridad (n° 47-52). Todo lo anterior ha sido denunciado desde hace bastante tiempo por diversas instancias nacionales e internacionales. Ejemplo de estas violaciones al estado de derecho son las recientes actuaciones de órganos del Estado que condujeron a la muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo y la pérdida de la visión del joven Rufo Chacón, hechos que ya fueron condenamos enérgicamente por la Comisión de “Justicia y Paz” de esta Conferencia1
- Otro rasgo muy significativo de la actual situación es el éxodo de más de un 12% de la población venezolana, impulsado por la situación política, el empobrecimiento de la clase media y el menosprecio de los pobres. Una generación de niños y niñas no han visto a sus padres durante meses. Si la situación económica y social continua en franco deterioro, el país puede perder en los próximos meses parte importante de su población2.
- En esta crisis, van ganando terreno el deterioro moral de la sociedad con sus secuelas de violencia, mentira, corrupción e irresponsabilidad, y la desesperanza y el miedo de la ciudadanía. La inmensa mayoría de los habitantes del país rechaza esta situación porque se encuentra en abierta contradicción con los tradicionales valores cívicos, culturales y religiosos que han caracterizado a nuestro pueblo. Los venezolanos seguimos apostando por una convivencia ciudadana plural, pacífica, en justicia, libertad y solidaridad, como lo establece la Constitución.
- Proclamamos como hombres de fe que Dios quiere lo mejor para Venezuela, así lo afirma el profeta Jeremías: sus designios son de prosperidad, no de desgracia; él nos da un porvenir y una esperanza (cf. 29,11).
- Tal como lo afirmamos en el Concilio Plenario de Venezuela, “una de las grandes tareas de la Iglesia en nuestro país consiste en la construcción de una sociedad más justa, más digna, más humana, más cristiana y solidaria”3. Esto postula un decidido compromiso de todos por la defensa de la dignidad de la persona humana y el bien común.
- Los regímenes políticos, ideologías, organizaciones o instituciones deben estar al servicio de estos principios fundamentales. Esto exige una decidida promoción y defensa de los derechos humanos, y una permanente denuncia de los abusos y violaciones de esos derechos, ya que “todos los atropellos a esa dignidad son atropellos al mismo Dios”4
- La renovación ética y espiritual del país es tarea de todos. Esto nos exige favorecer la educación en principios y valores, desterrar de la vida social la mentira como instrumento de manipulación, erradicar la corrupción administrativa y el aprovechamiento de los bienes públicos. De igual forma, construir adecuados mecanismos para superar la violencia familiar y social. Para ello se hace necesario la participación de todos los sectores e instituciones en el diseño y realización de un proyecto de reconstrucción democrática del país en la justicia, la libertad y la paz, guiado por metas claras y tareas concretas.
- También exige comprender que la política tiene como finalidad el bien común y no los intereses particulares. Es perentorio para la recuperación de nuestro país que quienes se dedican al ejercicio de la política, o aspiren a hacerlo, lo hagan como una opción de servicio, -como “una alta forma de caridad”-, según la expresión del magisterio pontificio. Con políticos responsables, generosos, honestos, coherentes, capaces de movilizar la población a la consecución de grandes objetivos, se puede superar la crisis, ya que hay que enfrentar problemas y desafíos de gran magnitud.
- Como afirmamos el pasado mes de enero, ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución5 . Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República6. Para que sea realmente libre y responda a la voluntad del pueblo soberano,7 dicha elección postula algunas condiciones indispensables tales como: un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, la actualización del registro electoral, el voto de los venezolanos en el exterior y una supervisión de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, entre otras; igualmente el cese de la Asamblea Nacional Constituyente.
- Ante la “emergencia humanitaria” en la que el sistema económico y político vigente ha sumido a toda la población, es urgente que se permita la entrada masiva y distribución de la ayuda de alimentos y medicinas, con participación y supervisión internacional, y deslastrada de las diatribas partidistas y del flagelo de la corrupción. La Iglesia Católica, a través de sus instituciones, y particularmente las Caritas parroquiales, diocesanas y nacional, renueva su compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y distribución de esta ayuda humanitaria.
- Los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los órganos policiales y el Ministerio Público, en el cumplimiento de sus deberes constitucionales, deben obrar conforme a la justicia y la verdad, y no al servicio de una parcialidad política. Así erradicarán de su seno las prácticas de persecución y tortura, y resguardarán, defenderán y harán respetar los derechos de todos, por encima de cualquier interés personal o partidista.
- Para contribuir a esa renovación nacional, reiteramos nuestro compromiso como Iglesia de seguir fortaleciendo la fe en Jesucristo que sana y libera, y llevando esperanza a nuestro pueblo, a través del desarrollo de programas de formación y organización que permitan la defensa de los derechos humanos, la recuperación de la institucionalidad democrática y la reconstrucción del país de una forma pacífica8. Desde nuestras instituciones educativas, seguiremos brindando una educación de calidad que eleve los valores espirituales y ciudadanos de nuestro pueblo.
- Ante la próxima Asamblea especial del Sínodo de los Obispos sobre la Región Panamazónica, que tiene como tema “Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología integral”, y que se realizará en Roma en el mes de octubre, pedimos la oración de todos. Que esta Asamblea sea una ocasión para impulsar la evangelización y atención pastoral, reflexionar y evaluar la protección y cuidado de los pueblos indígenas y del ambiente en una ecología integral, que garantice las fuentes de agua y de otras riquezas naturales que son necesarias para nuestro país.
- Agradecemos y felicitamos a los sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, el esfuerzo que realizan cada día para mantener viva la esperanza y profundizar la evangelización del pueblo venezolano y, en particular, por las iniciativas para la atención de las personas más vulnerables. Ratificamos de nuestra parte el “gusto espiritual de ser pueblo”, ya que pertenecemos a él y buscamos estar cerca de la vida de la gente sin excluir a nadie9. Agradecemos también el apoyo que nos brindan el Papa Francisco, así como la Iglesia y los gobiernos de otros países, y, especialmente de nuestros vecinos, para que podamos continuar llevando adelante esta obra evangelizadora, y por la atención que brindan a los venezolanos que han emigrado.
- En nuestras visitas a las comunidades se nos pide contantemente que recemos por Venezuela. Tengan la seguridad que lo hacemos todos los días. Hemos apoyado y promovido también múltiples iniciativas de oración y ayuno para implorar a Dios por las necesidades de nuestro país y para que podamos resolver en paz los problemas que hoy nos aquejan. Queremos convocarlos, una vez más a no ceder en el buen propósito de orar con humildad y trabajar con confianza por el bienestar de nuestro país.
- ¡Dios es nuestro auxilio! (cfr. Is 41,10). Pedimos la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto por esta noble causa. Con nuestro saludo y bendición.
Nuestra realidad marcada por el sufrimiento y el dolor de las mayorías.
La dignidad de la persona y el bien común, valores irrenunciables.
La tarea de reconstruir Venezuela: decisiones urgentes.
Conclusión: Nuestro agradecimiento y oración
Los Arzobispos y Obispos de Venezuela
Referencias
- Cf. Comunicado “Todo el que aborrece a su hermano es un homicida” (1 Jn 3,13), Caracas, 4 de julio de 2019.
- Cf. Entrevista con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, El Nacional digital, 7 de junio de 2019, hora 14,02
- CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA, Documento La Contribución de la Iglesia a la gestación de una nueva sociedad, n° 90.
- JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica postsinodal Ecclesia in América n°. 57.
- Cf. Exhortación Pastoral del Episcopado Venezolano “Lo que hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron” (Mt 25,40). Caracas, 9 de enero de 2019, n° 3.
- Cf. CEV, Petitorio de la Presidencia a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Caracas, 21 de junio de 2019.
- Cf. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, art. 5.
- Cf. CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA, Documento “La Contribución de la Iglesia a la gestación de una nueva sociedad”, Desafío 4.
- Cf. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n° 268ss.